Hic sunt draconis, la leyenda en Latín, utilizada antiguamente en los mapas para indicar territorios peligrosos o inexplorados, se traduce, literalmente como "Aquí hay Dragones". Al respecto, he de decir que, Mike Valentine de Chasing the Dragon, ha encontrado al Dragón y lo ha domesticado.
Chasing the Dragon es la casa Inglesa de grabaciones para audiófilos de referencia en el mundo de los melómanos. Tiene ya una importante historia de producir grabaciones de calidad en diversos formatos. Los audiófilos más serios, sin duda conocerán el trabajo de Chasing the Dragon y, muy probablemente, tengan en su colección alguna de las ediciones en vinilo, cinta reel to reel, CD o archivos digitales.
Al frente de la empresa, Mike y su esposa Françoise Valentine realizan la titánica tarea de organizar, grabar y publicar las distintas ofertas de la discográfica. Todo esto mientras organizan grabaciones en distintos estudios e iglesias, en distintos países, trasladan todo el equipo de grabación en situ y, por si fuera poco, realizan las mismas con las técnicas más complejas, como la grabación directa a disco. Esto sin mencionar que este ni siquiera es su negocio principal. Seguramente estaréis familiarizados con el trabajo de los Valentine en la gran pantalla. Los Valentine han participado en más de 70 películas grabando secuencias submarinas.
Si esto no os impresiona, el sonido de las grabaciones de Chasing the Dragon seguramente lo haga. Recientemente tuve oportunidad de recibir algunos de sus materiales y, sinceramente, no había escuchado nada igual. El álbum que nos ocupa el día de hoy es Vivaldi in Venice .
La producción es la segunda colaboración de los Valentine con gli interpreti Veniziani, un grupo musical que acumula una ya larga tradición en la ciudad flotante. Mike consiguió organizar la grabación en la iglesia donde el grupo actúa habitualmente, San Vidal. Esto tras haber colaborado con la agrupación en una ocasión previa, en Londres.
Grabado en el método tradicional (cinta), a efectos de trasladar la grabación al vinilo (pero disponible también en grabación binaural para los usuarios de auriculares), el doble LP se ha compuesto a partir de la grabación de 5 conciertos. La grabación en sí misma vale la pena no solo por el alto nivel técnico de la misma, ni tan solo por la música ahí representada, si no por la gran calidad del sonido que los Valentine han sido capaces de trasladar al vinilo.
Sobre estos tres puntos, me detendré únicamente en dos, pues doy por cierto que cualquier usuario de este blog da por bueno el valor de las composiciones de Vivaldi. Aunque el disco también incluye piezas musicales de Giuseppe Tartini y Arcangelo Corelli
En relación a los aspectos técnicos de la grabación destacaré una cosa. Los Valentine utilizan equipo de altísima calidad para realizarlas. Entre el repertorio de micrófonos de los que disponen, destacan los 2 AKG C12, a válvulas, utilizados para capturar el sonido de la orquesta. La disposición de los mismos, visible en algunas imágenes de la página web de Chasing the Dragon, revela la utilización de un disco Jecklin para dividir claramente los canales del sonido estéreo. Esta técnica, permite una reproducción binaural a través de altavoces. No solo eso, en las grabaciones de Chasing the Dragon se utilizan cables Nordost, de altísima calidad.
Por cuanto hace a la grabación, la calidad de la misma es altísima (perdonar el superlativo). La música se percibe amplia. El escenario, a la par que demuestra su amplitud en el sentido estereofónico (separación entre canales derecho e izquierdo) presenta una tridimensionalidad por cuanto hace a la distancia que se representa entre los instrumentos y el punto de grabación. Así, por ejemplo, en el canal derecho es posible apreciar la proximidad del cello al punto de grabación, sobre todo en el concierto en violín en A mayor (LP 1, lado A).
El sonido de los instrumentos es increíblemente realista y detallado. Los detalles y minucias de los sonidos han sido capturados y reproducidos a la perfección. Se trata, sin lugar a dudas, de una grabación de referencia. Ideal para poner a prueba un equipo de alta fidelidad.
Mi parte favorita de la grabación es, en definitiva, el disco 2. Aquí, Mike optó por posicionar un micrófono delante del Cello, que resulta ser uno de mis instrumentos favoritos. La alta capacidad técnica del productor ha quedado reflejada en la elección de dicho aparato, pues el Neumann U47 es una elección más que acertada para dicha tarea.
Bajo la docta tutela de Davide Amadio, el Cello proyecta un rango dinámico amplio. La fuerza y presencia que transmite durante la ejecución de los solos es suficiente para poner la piel de gallina de la emoción a quien lo escucha.
Quizás el mayor logro de Mike Valentine no sea solo su gran capacidad técnica a la hora de grabar un número musical. Tal vez tampoco sea su aguda capacidad a la hora de elegir equipos o de situarlos en el entorno de la grabación. A mi parecer, su mayor proeza es trasladar a quien escucha sus grabaciones al lugar y momento en que estas ocurrieron. Esto, como sabrán los amantes de la alta fidelidad, no es una tarea para nada sencilla.
Mi más sincera felicitación a los Valentine por esta gran labor y mi más profundo agradecimiento por permitirme la oportunidad de conocer a fondo el material que han producido hasta ahora. Espero poder disfrutar de muchas más grabaciones realizadas con tan grande calidad. Y Ustedes que me leen. ¿Qué esperan para escucharlas por sí mismos?
Todas las grabaciones de Chasing the Dragon se encuentran disponibles en su página web. Tenéis garantizada la satisfacción. Gracias a Françoise Valentine por las fotografías de la grabación.
Addendum. A la publicación de este artículo he recibido noticias que se ha completado la grabación de "Vivaldi in London", disco que recopila la grabación de una sesión de Interpreti Veneziani en los Air Studios de Londres. Estará disponible próximamente en la web de Chasing the Dragon.
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