SONUS FABER SONETTO I G2
- Manel Segarra
- 13 may
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 14 may
Otro monitor de la marca italiana que promete alcanzar el estatus de icono.

Si en algún campo la marca italiana SONUS FABER no tiene rival, es, precisamente, en el diseño y construcción de altavoces de estantería compactos. Productos como las ya descatalogadas MINIMA VINTAGE se convirtieron en un auténtico referente, hasta el punto de que, hoy en día, se siguen cotizando al alza en el mercado de ocasión. Siguiendo esta línea, la segunda generación de las SONETTO profundiza con mayor intención en los valores clásicos de la marca italiana. Es decir, con esta G2, no nos encontramos ante una simple actualización estética. Como veremos, se incide en la huella sonora de las SONETTO G2 dotándolas de mayor precisión, equilibrio y carácter “SONUS FABER”. No nos tiene que sorprender que la propia estética de los monitores se acerque a la gama superior OLYMPICA NOVA.

Claramente, los diseñadores de estos altavoces de estantería han aprovechado el lanzamiento de la segunda generación para escalar en acabados, soluciones tecnológicas y, por supuesto, en sonido. Los acabados son exquisitos. En las unidades de prueba, destaca el impecable y luminoso lacado en negro piano. Los materiales y los detalles constructivos son propios de modelos muy superiores. Destaca la canalización del bass-reflex que respira por la base del recinto y se expande hacia el frente. En otros modelos, los tradicionales puertos bass-reflex traseros son prácticos y simples en su construcción, pero pueden tener efectos no deseados o dificultar la colocación de los monitores respecto a la pared trasera. La solución adoptada por SONUS FABER, sin duda más costosa de implementar, resuelve muy bien el tema y permite que los altavoces se adapten a todo tipo de salas por difíciles que sean. Un área delimitada en piel natural enmarca los drivers. El tweeter DAD (Damped Apex Dome) está fabricado en aluminio con un amortiguador de punto único y también es heredado de modelos superiores (como la serie Homage). Está pensado para reducir resonancias y entregar agudos detallados pero no fatigantes. Por su parte, el midwoofer de 15 cm. es un cono de celulosa tratada y suspensión en tejido natural, optimizado para una respuesta lineal en medios y graves.

Una vez instalados los monitores, y a pesar de su reducido tamaño, se hacen dueños del espacio ya antes de empezar a funcionar. Las escultóricas curvas del recinto y los destellos del lacado nos anticipan la experiencia sonora que viene a continuación. Las rejillas protectoras magnéticas no son imprescindibles porque la guía de onda del tweeter ya brinda una cierta protección y siempre es más sugerente el contacto visual directo con los transductores. Cada vez que tengo productos Sonus Faber para revisar, la sesión de fotos se convierte en un placer, aunque también en un reto para reflejar adecuadamente la fuerza del diseño y la calidad de los acabados. Empezamos con Dominique Fils-Aimé en “Nameless” (2018). El segundo tema “Birds” empieza con una introducción de contrabajo. Las SONETTO I G2 lo restituyen con mucha fuerza y credibilidad. El original sistema de canalización bass-reflex hace muy bien su trabajo y proyecta hacia adelante las notas más graves del instrumento. No baja excesivamente pero, hasta donde llega, lo hace con mucha fuerza. De momento no encenderé mi subwoofer activo REL. No es necesario. Casi todos los temas del disco están cantados a varias voces y los SONUS FABER las separan detalladamente unas de las otras. Observamos una separación de canales propia de una escucha con auriculares. En este sentido, podríamos decir que son analíticas, pero no estaríamos definiendo bien lo que oímos. Porque, más allá de esta precisión en el detalle, las SONETTO I G2 consiguen un sonido delicado, de agudos bien tamizados y nunca intrusivos.

Para analizar mejor el rendimiento en la zona media, elegimos música menos procesada y disfrutamos de la impresionante grabación de Annie Lennox en el tema “Georgia On My Mind” incluido en el álbum “Nostalgia” (2014). Decididamente, me ratifico en que no hay marca de altavoces en el mundo capaz de presentar mejor las voces femeninas. Y, como decía al principio de este artículo, los monitores pequeños lo hacen especialmente bien. Intuyo que uno de los secretos para conseguir esta creíble y emocionante restitución es la lograda coherencia de los transductores entre sí. Al ser el midwoofer de reducidas dimensiones, trabaja sin esfuerzo en la zona medio alta complementándose sin transición aparente con el tweeter. Pero, en la búsqueda del territorio menos cómodo para las SONETTO, ponemos la Electric Band de Chick Corea en “Eye Of The Beholder”. Más allá de la delicadeza de la música acústica queremos saber si las pequeñas cajas italianas podrán enfrentarse al trepidante ritmo del jazz fussion. El resultado es sorprendente. Los altavoces son rápidos, con una pegada en graves que parecía impensable. La batería de Dave Weckl percute con fuerza. Pero lo más destacable es la limpieza y el orden con que se construye la escena sonora.

Obviamente, no es la imagen sobredimensionada y profunda que se podría conseguir con unas grandes columnas. Pero los SONUS FABER exhiben fuerza y velocidad cuando se les requiere. Para finalizar estas pruebas, reproduzco mi lista de Tidal con los mejores temas de WILCO. Aprovecho para combinar, por fin, con el subwoofer. Ahora, además de la pegada en graves, ganamos en extensión y profundidad. Definitivamente, la escena es más envolvente y la música parece surgir de un sistema mucho más “pesado”. Pero sin perderse nunca la precisa focalización, el aire entre instrumentos y el timbre natural de las voces. La escucha, en general, es siempre muy agradable y con un cierto carácter orgánico que evita cualquier asomo de fatiga auditiva. La verdad es que, cuando llega el momento de devolver las unidades de prueba, se cumple la obligación de retirarlas y embalarlas con la pena de verlas desaparecer de mi sala.

En general, la marca italiana nos ofrece un producto con una cierta aura de obra de arte. En primera instancia, el sonido tiene un carácter cálido, emocional e intimista. Curiosamente, consiguen lo anterior siendo, a la vez, muy informativas. Pueden combinarse con un subwoofer para ganar dimensión en la escena, pero es algo de lo que podemos prescindir perfectamente. Y ha quedado demostrado que, más allá de agradecidas grabaciones de jazz acústico, las SONETTO I G2 son capaces de atacar con decisión todos los géneros musicales. Eso sí, la huella sonora de SONUS FABER, por suerte, está más presente que nunca y dota de su inigualable personalidad a estas exquisitas, elegantes y atemporales cajas acústicas. No descarto que, en el futuro, este modelo de la marca italiana se convierta en unos de sus cotizados clásicos tan buscados.
Manel Segarra
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