Disclaimer: Este equipo fue probado gracias a Tomás de Pickupsound.es tienda especializada en audio y que vende los productos de Synthesis. Por favor si consideran su compra visiten su web.
Desde Morrovalle Italia, una bella ciudad con un arquitectura eclesiástica envidiable, nos llega un ejemplo de oficio y artesanía, el amplificador integrado Roma 96 DC+, en si mismo, representativo de un ejercicio importante de diseño y calidad por cuanto a su construcción, componentes y acabados se refiere.
Recibiendo su nombre de "La Ciudad Eterna", este integrado viene equipado con un conjunto de válvulas que otorgan excelente tono y calidez al sonido, a la vez que se presta a integración en equipos con prestaciones más modernas, gracias a la provisión de entradas digitales y un más que correcto previo de phono.
Comenzaremos por lo mas evidente, el diseño. Conformado por lo que se podría describir como 3 módulos metálicos, acabados en pintura negra con efecto mate y textura encontramos, en la base, el cuerpo del amplificador, sobre el que se posan, en la parte trasera, la tapa que sirve para ocultar los transformadores y, en la parte delantera, la"jaula" que protege las válvulas de vacío, a su vez situadas sobre una placa de acero inoxidable pulido, con grabado. Con líneas curvas y fluidas, el diseño es estéticamente agradable. La jaula presenta integrado y como parte de las aberturas de ventilación, el logotipo de la marca. Es una manera sutil a la vez que funcional de presentar dicha identificación, a la vez que permite mayor abertura de la parte frontal y, por tanto, una oportunidad para quienes disfrutamos del cálido resplandor de estos equipos una vez son puestos en marcha. El amplificador descansa sobre 4 pies metálicos terminados por goma.
En la parte frontal del amplificador destaca la vista de madera lacada, característica de la marca y acabada a la perfección. La sutileza del diseño y las lineas de la misma son evidencia no sólo de la reconocida capacidad de diseño italiano, sino de la soltura con que se realizan las tareas de acabado. Existen diversas opciones para dicha vista, pasando por colores como negro y blanco, permitiendo la personalización del aparato para acoplarse a estilos de decoración más específicos. El hecho que la firma mantiene la característica vista en todos los demás equipos de la línea es, a mi parecer, positivo. Lo anterior por que permite que quien construya un equipo de audio con Synthesis como base, tendrá no sólo una coherencia y firma sónica similar, sino que podrá mantener un estilo y coherencia estético con respecto al mismo. Ayuda mucho que el diseño es muy agradable a la vista.
En la parte frontal, destaca al centro el mando de volumen, acabado en lo que parece ser aluminio anodizado en color negro. El mismo presenta un tacto estupendo y una sensación sólida y firme al operarlo, lo que es facilitado gracias a una hendidura circular, ya que le mismo se sitúa a nivel de la vista de madera que destacamos anteriormente. Al lado izquierdo de dicho mando, apreciamos el logo de la marca con la descripción del aparato y el botón de encendido. Del lado izquierdo es posible observar indicadores para las entradas de las que dispone el amplificador, así como dos mandos para seleccionar entre ellas, así como el receptor de infrarrojos para el mando a distancia. La entrada en uso se identifica gracias a una luz LED de color azul.
A nivel personal, no soy fanático de estos tonos de LED, prefiriendo alguno más discreto, aunque tampoco creo que esto reste nada al aparato.
Habiendo mencionado ya el receptor de infrarrojos, es necesario dar atención al mando a distancia. Me parece una gran idea, más en este punto de precios, incluir un mando a distancia en condiciones con el equipo. Siendo que algunos fabricantes asiáticos nos han ido mal acostumbrando a mandos de ínfima calidad y difícil utilización (Topping, me refiero a ti) es de agradecer que alguien se tome en serio la tarea de diseñar y construir un mando a distancia.
Synthesis ha optado por un mando bastante contundente (200 gramos). Fabricado a partir de aluminio mecanizado y anodizado a un acabado color negro presenta opciones para operar el volumen y las entradas, así como un botón para silenciar el audio. A la vez permite opciones adicionales para, lo que supongo, es la operación de otros aparatos de la marca. La sensación en mano es sólida y de calidad, más agradecería un diseño más "redondeado" en los bordes los cuales, sin llegar a ser afilados, presentan una terminación recta. En mi experiencia, cualquier caída o golpe a este tipo de materiales genera muescas o marcas que, lamentablemente, pueden acabar causando alguna sensación de incomodidad o, incluso, pequeños cortes.
En la parte trasera del equipo encontramos provisión para 3 entradas RCA (2 de línea y 1 de phono MM). Una terminación "Ground" para la entrada Phono, así como una salida Rec Out. Debajo de las mismas y, en atención a que nuestro modelo es el 96DC+, encontramos las opciones para las conexiones digitales, compuestas por una entrada óptica, una coaxial y una USB B. Las conexiones para altavoces con opción para distintas terminaciones de cable y el conector para corriente, provisto de un fusible de protección. He de mencionar que, en el la unidad que he recibido, las conexiones para altavoces no se corresponden con las de las imágenes de la web del fabricante, más no sé a que se deba dicha diferencia, aún así no tuve problemas en montar mis cables Inakoustic Silver con conectores de banana y espada (los he hecho para mi conjunto McIntosh vintage, cuyo amplificador lleva terminales para espada). Todos los conectores parecen de calidad adecuada y no presentan problemas al momento de conectar y desconectar los cables.
Para su debut en mi equipo, he optado por conectar el amplificador a un reproductor de CD Sony 388ESD, primero por medio de RCA y, posteriormente, mediante la conexión coaxial. En la conexión por medio de RCA he utilizado cables AudioQuest Evergreen y, en la conexión RCA he hecho uso de un AudioQuest Forest. Estuve cambiando intermitentemente entre ambas conexiones mientras escuchaba las distintas pistas y, debo decir que, a título personal, prefiero el sonido más cálido del DAC del Sony ESD, aunque el chip AK4495SEQ del DAC interno del Roma no desmerece en lo absoluto, siendo que la preferencia por uno u otro puede resultar más subjetiva que objetiva.
El primer disco que puse fue uno que me resulta bastante familiar Cream: - Wheels of fire (Polygram 531 812-2, 1997). Durante todo el disco fueron apreciables detalles bastante nítidos en la grabación. La guitarra de Eric Clapton marca un ritmo hipnótico y la batería de Ginger Baker llenaba bien sin problema la sala de escucha a través de los KEF Q350 (aquí el review). La voz y bajo de Jack Bruce presentaban una tonalidad más cálida a lo que estoy acostumbrado a escuchar con mi McIntosh, pero resultó en una calidez agradable y bastante armoniosa. Las contribuciones de Pappalardi en "White room" mantuvieron coherencia en los registros más altos.
Después escuché The Morricone Duel - De la Orquesta Sinfónica Nacional de Dinamarca (EuroArts 2064887, 2018). Esta grabación me ha atrapado desde hace un par de semanas atrás que la encontré, por casualidad, en Youtube. Desde el primer momento, la calidez que transmite la guitarra en "The big gundown & inglorious basterds" resultá sobrecogedora. Mientras avanza la grabación es notable la calidad que el Roma 96+ aporta no sólo a la separación de canales, sino a la capacidad de pintar un escenario bastante representativo de lo que es posible observar en el vídeo de la grabación. Los instrumentos e intérpretes se sitúan con precisión en el escenario que las KEF son capaces de dibujar. La combinación de guitarra y harmónica en "once upon a time in the west" sonó fenomenal a través del Roma 96+, con un tono cálido y una imagen nítida de la representación.
Sobre este duo (KEF Q350 y el Roma 96+) debo decir q me encontraba reticente a pensar que casarían bien, dada la "baja sensibilidad de las KEF" (87 dB), pero los 25 vatios del Roma fueron más que suficientes para mover los altavoces a un volumen de escucha adecuado, sin introducir en ningún momento distorsión.
En el lado digital, me permití conectar mi ordenador MacBook Pro a la entrada RCA del Roma a través de un cable AudioQuest Evergreen que va de jack 3.5 (del DAC Apple usb-c a 3.5) a RCA. Haciendo uso de archivos en formato FLAC desde mi disco duro, recorrí discografía de Charles Mingus, Charlie Parker y Art Blakey. El Jazz sonó espectacular. En particular el bajo de Mingus representó un punto de referencia durante Pithecanthropus Erectus, mientras que el saxo de Charlie Parker en "The greatest jazz concert ever" permitía casi la ilusión de estar presente en la grabación. Los Jazz Messengers de Blakey no salieron mal librados, dando la talla en la reproducción de los clásicos rellenos de snare y el carácterístico sonido energético de su batería en "Moanin ́".
Por último, conecté al amplificador mi tocadiscos Sony PS15 DD, acompañado de una cápsula Audio Technica ATVM95ML. Al tratarse de un amplificador integrado, utilicé el propio previo de phono del aparato. Para esta prueba me dejé llevar un poco por la suerte y elegí un disco al azar. Primero, escuché a Frank Sinatra "Some nice things I've missed" (HRES 291-58). La icónica voz fue reproducida con fidelidad a lo largo de toda la grabación, mientras que la banda que acompaña, conducida por Don Costa y Gordon Jenkins, fue apreciablemente relegada a un "segundo plano" en la grabación, cómo es entendible en un disco de Sinatra. El Roma y su previo de phono hicieron un buen trabajo en cuanto a la dinámica de la grabación y, nuevamente, la imagen. Sin embargo, me pareció que se favorecían los tonos más altos, con un sonido un tanto más brillante de lo que el phono en mi McIntosh de referencia suele reproducir.
A considerar también que la cápsula Audio Technica suele tender a dicha reproducción más brillante, por lo que seguramente una que dote un tono más oscuro a la reproducción pueda dar un balance más adecuado.
En general, no tengo dudas que el amplificador Roma 96DC+, es un excelente equipo de reproducción. Cuya capacidad de reproducir fielmente sonidos e imagen respecto a las grabaciones es destacable. Existe, sin embargo, un detalle que, a mi parecer, ha sido innecesariamente excluido del diseño de este componente y que, cómo tal, me obliga a comentar al respecto. La falta de una conexión dedicada para auriculares.
Eché de menos dicha opción en un par de ocasiones, en tanto que al tenerlo en mis manos por una ventana de tiempo limitada, me hubiera gustado poder extender las sesiones de escucha hacia las horas más relajadas en mi casa, lo cual no pudo ser. Considero esto una omisión de importancia, más cuando al considerarse un amplificador integrado, se nos ofrece con opciones de conexión digital un tanto redundantes (óptica y coaxial).
Otra omisión, por otro lado más tolerable, es la ausencia de controles de tono y la imposibilidad de configurar el Bias de las válvulas por parte del usuario. Más aquí, claramente, parece que ha primado una postura más conservadora por cuanto hace a la adición de dichas funciones supongo, en consideración, a que el sonido y firma acústica del Roma, a como ha sido producido, es bastante balanceado y agradable.
Hablando de las válvulas y, habiendo omitido mencionarlo anteriormente, mi muestra monta de fábrica unas Electro Harmonix (utilizadas en algunas aplicaciones de amplificadores de guitarras y bajos según tengo entendido). El conjunto, por canal es de 2X EL34EH Y 1X 12AU7/ECC82. En su conjunto, el total por estas válvulas aproxima a unos €200 euros. Sin duda, aquellos más propensos a la sustitución de estos componentes serán capaces de dar con alguna alquímica combinación que resalte aún más las prodigiosas prestaciones del amplificador. Con una vida útil de al rededor de 1000 horas de uso (según fabricante y cuidado) resulta curioso que la recomendación sería sustituir las válvulas junto con la cápsula Micro lineal de Audio Technica. Algo así como un servicio completo al equipo de sonido.
En resumen, me parece que la propuesta del Roma 96DC+ como "entrada" a la firma es más que adecuada. Es un amplificador bastante capaz y con un perfil acústico muy agradable. Sus 25 vatios han sido suficientes para poner a vibrar las KEF Q350, aún y con su baja sensibilidad. Si algo ha hecho este amplificador es dejarme con la asignatura pendiente de probar a su hermano mayor, el Roma 98DC (de poder ser la Edición Especial). Por lo que, disculparme, en este mismo momento me voy a escribir mi carta a los Reyes Magos, a ver si me cumplen el capricho para este próximo año.
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