Altavoces bookshelf con un sonido impactante.
Quien no esté al tanto de la increíble expansión que ha tenido la escena de la alta fidelidad en Polonia, en los últimos años, no ha estado prestando suficiente atención.
Son varias las empresas que han irrumpido en la escena, cuyas sedes provienen de este bello país. Incluso, los eventos que se organizan año tras año ahí, alcanzando niveles muy importantes. Impulsados, sin duda, por la gran cantidad de empresas e innovación que ocurren en el mundo del audio de alta fidelidad.
Una de estas firmas es Pylon Audio. Empresa relativamente joven, fundada en 2011, ha sabido granjearse un sitio entre los principales constructores polacos de altavoces, manteniendo una impresionante línea de productos, todos ellos con excelentes prestaciones y reconocida calidad.
Así que hoy, desde Polonia y cortesía de Werner en Barcelona, tenemos para reseña los altavoces de estantería Pylon Audio - Opal Monitor.
Construcción.
Se trata de una pareja de altavoces o, más bien, monitores de tipo bookshelf o estantería. Con una construcción de 2 vías, un woofer de 6" y un tweeter de cúpula de seda de 25mm. El diseño cuenta con un puerto trasero y conexiones simples para los altavoces, que acepta espadas y conectores tipo banana.
El altavoz en sí es bastante estándar, con un diseño bastante clásico y conservador pero, no nos dejemos engañar por las apariencias. Destaca un bonito acabado en Wenge con un tono rojizo profundo, tirando entre un tinto y un chocolate. La cara frontal es de un compuesto sintético muy sólido. Los acabados que se aprecian son de buena calidad. Las rejillas son magnéticas, lo cual es un toque muy agradable.
El puerto trasero busca reforzar la presencia en bajos, con una salida de tamaño relativamente reducido. En el par que me fue cedido para la reseña, no encontré inserto de espuma para tapar el puerto en caso de utilizarla como "bookshelf" o cerca a la pared trasera pero, al tratarse de un equipo demo, no puedo afirmar que no se incluyan.
El motor utilizado para el woofer es propietario de Pylon Audio. Se trata, a como hemos dicho, de un modelo de 6" con un cono de papel que se encuentra tratado para dotarle de propiedades acústicas especiales. Por otro lado, parece que es el mismo woofer que Pylon Audio utiliza en otras aplicaciones de mayor tamaño, por lo que han tenido que adaptarlo a esta caja mas pequeña, modificando la suspensión para dotarle de mejor respuesta.
El tweeter de 25mm presenta un domo de seda y ha sido elegido por su respuesta y tamaño, lográndolo situar mas cerca del woofer, lo que según Pylon Audio, permite una dispersión de sonido más controlada al trabajar ambos drivers en el mismo plano y con una respuesta temporal idéntica.
Las rejillas son desmontables y cuentan con fijaciones magnéticas. Presentan el acabado de tela negra que es estándar en el 99.9% de las rejillas de altavoces y poseen una construcción sólida. Al colocarlas los altavoces se vuelven más "anónimos", pues ocultan el logo de la marca a la vez que los drivers. Los imanes proveen un agarre suficiente y efectivo. La escucha la realicé tanto con rejillas como sin ellas, sin notar exageradas diferencias.
Los postes de conexión son sólidos, con buen acabado y calidad. No tuve problema en conectar mis cables con terminación "banana", los cuales se sujetaron sólidamente y con excelente conexión. Tienen buen espacio y disposición para aceptar cualquier tipo de configuración en la conexión.
La resonancia de los gabinetes es baja, es decir, que al hacer pequeños golpes con los dedos se escucha un sonido "muerto", no como si fueran huecos. Esto quiere decir que el interior se encuentra debidamente sellado y reforzado y, a su vez, habla de una buena construcción.
Mi única "pega" es visual y no tiene nada que ver con los bonitos acabados de los Pylon Opal. Es más, se trata de una cuestión tan pequeña como insignificante y atiende, con toda sinceridad, a una preferencia que es 100% personal. No soy partidario de la utilización de tornillería "estándar" en los acabados de los equipos de ningún tipo. Poner un tornillo Phillips, para mi, es el equivalente a un faux pas. Hoy día es en extremo sencillo y no creo que más costoso, utilizar tornillería con terminaciones y formatos más cuidados en cuanto a visual y calidad. En este sentido, el tweeter sale mejor librado que el woofer, ya que sus tornillos, al menos, están recedidos en el aro que soporta el driver.
Sonido.
Pylon Audio dice, cito la traducción propia de la web: "Opal Monitor ofrece una legibilidad por encima del promedio en el rango medio (...) por lo que pueden ser utilizadas en el estudio de grabación (...) la idea detrás de la línea Opal fue inspirada por la misma idea, crear un juego de altavoces neutrales el cual, además de la percepción de la grabación, diera placer al escuchar música".
Recapitulemos. Un monitor de estudio para uso doméstico. Tono neutral pero musical. 2 vías y un puerto trasero. Bien, hasta aquí todo correcto, Ahora pasemos a la escucha, a ver si es verdad. Dado que los Opal reclaman la definición de un monitor de estudio, parece que es hora de sacar las herramientas de "alta definición" y ponerlas a prueba con un equipo acorde a la resolución que prometen. Para esta labor, hemos de utilizar lo siguiente:
Fuentes:
Tocadiscos Sony DD, cápsula AT-VM95ML MM (Review aquí) y AT-OC9/III MC.
Reproductor CD Sony CDP-338ESD.
Macbook Pro - Tidal Alta definición.
DAC Weiss DAC204. (Review aquí).
Amplificación:
Previo de phono de Audio Hungary - Qualiton. (Review aquí).
Previo McIntosh C504.
Amplificador McIntosh MC502.
Cables:
RCA - Vyda. (Review aquí).
USB - Final Touch Audio Callisto. (Review aquí).
RCA Coax. - Final Touch Audio Themisto. (Review aquí).
Altavoces - Inakustik Premium Silver 2.5 custom con terminaciones hechas a medida.
Pasemos a la selección musical, que resulta igualmente importante. Afortunadamente, los amigos de Speakers Corner han hecho el gran favor de cederme material para review, así que utilizaremos, para el vinilo:
Herbie Mann - Herbie Mann at the Village Gate. Se trata de una grabación en vivo que transmite una muy buena imagen en cuanto a la grabación. En Comin' home baby, las Pykon tuvieron oportunidad de presentar ese agradable rango medio mientras permitían los contrastes con la flauta de Mann y el vibráfono de Hardy, a los que dotaban de vida pero no un brillo excesivo. Los casi 39 minutos de grabación son un disfrute con el impoluto vinilo de Speakers Corner y el sonido detallado y musical de las Opal Monitor. En general me han gustado bastante para Jazz, puesto que agrupan una serie de atributos que permiten apreciar el género.
Aretha Franklin - Live at Fillmore West. Otra grabación en vivo. La icónica e inconfundible voz de la Reina del Soul, magníficamente capturada en esta grabación, se transmitió por medio de las Opal Monitor con una gran calidad y calidez. La presencia y amplio escenario que proyectan las cajas, hacen que la representación de la grabación parezca más grande del espacio de la sala donde se escuchan los altavoces (eso sí, respetando sus límites en cuanto a capacidad). Recordar que estamos hablando de unos monitores de estantería. El bajo en la línea de ritmo acusó presencia con un buen control de tono sobre el mismo y sin mostrarse excesivo ni difuso. La sección de viento que acompañó a la cantante en el espectáculo se sirve del tweeter de domo de seda para llevar el sonido hasta un tono muy nítido y para nada destellante. En general, reitero mi comentario con respecto a la música Jazz y, en este caso, lo hago extensivo al Soul en esta faceta más clásica, sobre todo a quienes disfrutan de unos altavoces que puedan representar fielmente y con gracia voces femeninas.
Fuera del catálogo de Speakers Corner, he tirado de un disco con mucho rango dinámico: King Crimson - Larks' Tongues in Aspic. Con esta grabación de uno de los grupos leyenda del rock progresivo, las Pylon se mostraron dispuestas a hacer todo lo posible para enfrentarse a la locura de sonidos que presenta la parte I de la canción que da título al álbum, logrando desentrañar la maraña de sonidos y dejando notar la esencia del mismo, a la vez que presentando un buen escenario e imagen. Tarea más que difícil si se exige a la par de un manejo más que correcto y gratificante de la multitud de sonidos mencionados. En general, la respuesta de los altavoces fue excepcional. En ningún momento se mostraron incapaces de reproducir, con fidelidad, las frecuencias enviadas por todo el equipo que se encontraba detrás. Las frecuencias bajas fueron controladas y con contundencia, aún para el reducido tamaño de los monitores. En medios la voz de Wetton se mostró cálida y con una representación acorde a la imagen del resto de la grabación. En las frecuencias altas, el twitter de cúpula de seda mostró un sonido que se puede calificar levemente de analítico, pero con un toque dulce que acentuaba el espectro más bajo de las frecuencias altas, sin dotar de excesivo brillo a las más elevadas. Esto fue especialmente notable en las notas más altas que producía Fripp en su guitarra durante los temas del disco.
En CD, a través del Sony, el Final Touch Audio y el Weiss, he escuchado:
Henry Threadgill Ensemble - The Other One. La autoridad con que se reproduce la batería en Section 11 Trapset Interlude basta para declarar a las Opal como aprobadas en el departamento de la respuesta dinámica y en la representación de un bajo con bastante autoridad.
Para el streaming, a través del USB Callisto de Final Touch Audio y hasta el Weiss DAC204, he hecho una playlist que me parecía contenía grabaciones suficientemente detalladas y amplias para poder valorar las Opal Monitor. Sinceramente la música que escuché en esta configuración fue mucha y muy variada pero, me mantengo firme, las Opal Monitor producen un sonido muy neutral pero dotado de una musicalidad que lo convierte en una escucha con musicalidad y una ligera calidez que no fatiga.
Datos técnicos.
Impedancia | 8 Ohms |
Ancho de banda | 45 Hz - 20 kHz |
Potencia nominal | 60 W |
Potencia Máxima | 100 W |
Eficiencia | 86 dB |
Dimensiones | 190 x 400 x 280 mm |
Peso | 7,5 kgs |
Woofer | Pylon Audio PSW 18.8 CS/M |
Tweeter | Pylon Audio PST T-50/8 |
Conclusiones.
Vayamos por partes. En cuanto a estética, las Pylon Audio son altavoces que podríamos definir como neutrales. Esto no es necesariamente malo, ya que mucha gente busca, precisamente eso. Un altavoz que no contraste en exceso o no rompa con la decoración de la estancia donde se ubicará. No son especialmente llamativos ni voluminosos. Me atrevo a decir que, incluso, pasan desapercibidos.
Ahora pasemos página y hablemos en relación al sonido. A propósito, emparejé las Pylon con equipo mucho más elevado en el rango de precio, para ver si lograba doblegarlas y que se mostrasen incapaces de transmitir la calidad del resto de la cadena. No lo logré. Debo decir que Pylon cumple lo prometido. Honor a quien honor merece. Las Opal Monitor son altavoces que cumplen en toda la extensión de la palabra. Incluso, comentando con profesionales del medio, me han confirmado esta afirmación y han reconocido la calidad de los altavoces.
La interacción entre ambos drivers fue excepcional, si notar dispersiones descontroladas entre ambos. Tanto en escucha modo campo cercano en una configuración similar a un estudio como sobre soportes y en una sala de mayores dimensiones, las Opal Monitor rindieron buen escenario y presentación, una tonalidad tendiente a lo neutral, exceptuando un pequeño toque de calidez en la zona de cruce entre medios y agudos lo que, efectivamente y tal a como Pylon prometió, dotó a la presentación de una característica musicalidad muy apreciada a la hora de disfrutar de música con voz e instrumentos que encuentran su punto fuerte en dicho rango. Reitero, a quienes disfrutan habitualmente de géneros como el Jazz y el Soul o Blues, encontrarán una buena experiencia incorporando las Opal Monitor a su equipo.
En la sala más amplia y sin apoyo de un subwoofer, el extremo inferior del espectro sonoro se vio ligeramente afectado de debilidad, pero es totalmente entendible que un par de monitores de estudio con woofers de 6" no llenen con bajo una sala de 20m2. Esperar lo contrario sería, cuando menos, una necedad, por no decir un disparate.
En comparación a las KEF Q350, los monitores que uso como referencia para este rango de precios (€450 al momento de esta review), los Pylon Opal manejan mucho mejor las frecuencias bajas, con más cuerpo y contundencia. El rango medio se lo otorgo a las KEF en cuanto a definición, pero no en cuanto a musicalidad, siendo más cálido el tono percibido en las Pylon. El tratado de las frecuencias altas esta bien repartido, con un ligero margen al twitter de seda de las Pylon, temiendo que pueda tratarse de una preferencia personal.
Con respecto a la capacidad de dibujar escena, tengo que decir que las Pylon Audio hacen un fantástico trabajo. Con una extensión mayor a las Kef en cuanto a amplitud y un sonido ligeramente más en 3D.
Donde comprar.
Pylon Audio es distribuido por Werner Barcelona, la casa de audio con más historia en la ciudad condal. Los Opal Monitor se pueden comprar a través de su web.
El precio de los altavoces, al momento de la reseña es de €550.
Los soportes de la marca también están disponibles. (€325).
Galería.
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