Hifiman Sundara
- Fernando Alday
- hace 2 días
- 6 Min. de lectura
Planar-magnetic de excelsas prestaciones a un precio razonable. La fórmula del éxito de Hifiman comienza por estos auriculares y se ha extendido al resto de la marca, cimentándola en un sólido sitio en el mundo de la alta fidelidad.

Hay productos que son, irremediablemente, representativos de un nombre y a una marca. Ejemplos hay algunos, como las famosas bambas, que han provocado que, hasta la fecha, a todas las deportivas se les llame así. El Walkman, que casi por defecto nos arroja a una visión de la marca Sony, acciones, como buscar algo en internet y su asociación a Google. En fin, cuando un producto define un Zeitgeist, este trasciende y se convierte en la referencia, en algo más. Bueno pues parece ser que, para muchos audiófilos amantes de los auriculares, existe un antes y un después de los Hifiman Sundara y no, no creo estar exagerando.
Dentro del catálogo de HiFiMAN, el Sundara se ha consolidado como una de las opciones más queridas por aficionados y audiófilos que buscan una entrada real al mundo planar magnético sin comprometer demasiado el presupuesto. Su nombre, que significa "hermoso" en sánscrito, no es gratuito: se trata de un auricular de estética sobria, pero con un sonido refinado y una propuesta tonal sorprendentemente madura. Pensemos en un auto utilitario que lo hace todo bien aunque no tenga ninguna floritura en cuanto a diseño pero es cómodo, buena potencia y agradable manejo. El Sundara es una opción equilibrada y sensible, no sorprende que arrastre tanto éxito.
Construcción.
Los HiFiMAN Sundara son auriculares abiertos, con una impedancia de baja y una sensibilidad alta, lo que los hace fácilmente manejables pero, en mi experiencia, exigentes con amplificación de calidad. Calidad tanto en vatios como en claridad, transparencia ya que, lo que tienen los equipos que son tan reveladores es eso, o los ubicas con una buena fuente detrás o es imposible escuchar cualquier grabación que no sea, cuando menos, excepcional. Los Sundara dan margen, pero son recelosos de su labor y, como buen artista, defienden su visión con ahínco.

En términos estéticos, siguen la línea propuesta desde hace tiempo de la marca: diadema metálica con suspensión de piel sintética y sin ajuste en el plano horizontal para las copas. Los recintos para los drivers son circulares con un aro metálico y una rejilla abierta. En la parte inferior, se alojan los conectores de 3.5mm para el cable, 1 por cada lado. La comodidad está ahí, hay que buscarla. La ligereza del conjunto hace que las sesiones largas sean asequibles. El confort de las copas en los oídos es bueno y la presión que estas ejercen en la cabeza es tolerable pero, aquí una pequeña nota, tratar de ajustarlos un poco sobrados, así se libera un poco de presión en la parte superior.

Los pads son de piel sintética en el perímetro y tela en contacto con la piel. El ajuste es cómodo, con pavellones grandes, probablemente irán ajustados. El recinto alberga con comodidad el oído y permite cierta ventilación (gracias al formato open back). En la parte baja de las copas, los conectores para jacks 3.5mm.

En mi opinión, el cable incluido de fábrica no está al nivel del resto del conjunto en términos estéticos. Es un cable correcto, suficiente para su uso sin temor a que nos falle, pues al estar recubierto de plástico, la durabilidad no representa un problema y resulta suficientemente flexible para adaptarse a nuestra posición. En alguna ocasión he hablado de 3 supuestos en los que el cambio de cable es necesario: Por falta o exceso de longitud en el mismo, por microfonía excesiva, por necesidades distintas de conexión (requieres otra terminación en el cable). En ninguno de los 3 supuestos me he encontrado con obstáculos en el cable de los Sundara y, sin embargo, me encuentro utilizando más el Tripowin Granvía que el cable OEM. ¿Vicio? Supongo. También hay que decir que el toque de color que aporta es un plus.

En cada una de las copas, se aloja un driver planar magnético de 80mm que produce un sonido detallado, claro y con mucha presencia en el rango medio (hay quien incluso dice que demasiada). La rejilla de la parte externa, simple en diseño parece pensada para no interferir con el sonido y dejar al driver "respirar", eso sí, a través de una espuma protectora para no permitir la interferencia de cuerpos extraños. Existen opciones aftermarket para esta espuma que prometen modificar el timbre del conjunto, yo lo considero innecesario.
Como suena.
Repaso obligatorio del equipo utilizado.
Previo: McIntosh C504
Cableado de interconexión: Final Touch Audio Thebe RCA, Final Touch Audio Callisto USB.
Cableado corriente: BAZCO Audio L1.
Tratamiento de corriente: LampizatOr Silk.
DAC: LampizatOr Amber 5.
Amplificación: Icon Audio HP8 MKII (válvulas PSVANE).
Fuente: Streaming vía Innuos PULSE Mini + LPSU, Qobuz y Roon.
Cable auriculares: Tripowin Granvía.
Antes que nada, la elección del Icon Audio HP8 MkII como amplificador no es casual: aunque los Sundara se pueden mover con amplificadores de estado sólido modestos, sólo con válvulas de calidad emergen su riqueza armónica y capacidad espacial, esto es verdad para multitud de auriculares y, por eso, es que ahora utilizo el amplificador de Icon Audio como referencia en mi sistema. Por supuesto, aprovechando el resto del conjunto para alimentarlo de sonido con la mejor calidad.
Para evaluar los auriculares, los he dejado rodar un tiempo prudencial antes de poder escuchar de forma crítica. Una vez hecha esta labor, he escuchado por periodos intermitentes y, una vez familiarizado con. el sonido, me dispuse a hacer una pequeña lista de canciones que, considero, pueden darnos un vistazo al rendimiento de los auriculares.

Comenzando con Led Zeppelin - No Quarter, una canción que no necesita presentación. Desde el comienzo de las primeras notas es obvio que el Sundara tiene una profundidad especial en el sonido, pues las notas del Hohner Electra-Piano de John Paul Jones nos llegan con una textura impresionante y una claridad excelente. Los suaves toques del bajo también ocupan el espacio con respeto al rango dinámico, marcando un sonido profundo incluso a bajo volumen. En un momento, un trueno ilumina el escenario, Bonzo aparece con la batería para generarnos escalofríos en la piel y, para cuando la guitarra de Page y la voz de Plant llegan a la mezcla, estamos ya tan profundamente envueltos en la canción que cuesta trabajo salir del trance. La separación de instrumentos, la calidad y detalle con que se presenta cada nota que tocan, la textura de la voz, es una experiencia que recomiendo.
Una vez recuperado tuve que cambiar a algo menos taxativo a nivel emocional, así que fue el turno de Bill Evans y su disco Empathy, donde comparte escenario con Monty Budwig y Shelly Manne. El tema Washington Twist, que abre la grabación, nos presenta una pieza de música de salón con una interesante proposición, sobre todo a nivel tonal pues la presencia del platillo y del piano nos dan un claro vistazo en cuanto a la claridad con que los Sundara nos presentan el sonido. Incluso, he de decir, que la mezcla de las válvulas en el DAC y el amplificador hacen que la textura con la que se presenta el sonido hace de los tonos brillantes de las frecuencias altas muy agradables, con decaimiento natural y nula presencia de artefactos digitales en la reproducción.
Por último, pasando a un tema que nos permita evaluar los graves, nos topamos con Midnight Sugar - Tsuyoshi Yamamoto Trio. Una pieza de jazz con una excelente grabación, donde el contrabajo tiene una presencia marcada y definida dentro del ensamble. La tonalidad, presencia y definición son muy buenas, con un ligero deslizamiento (roll-off) en la parte más baja, particularidad de los auriculares open back, supongo, por el tema de presión. Aún así, es difícil decir que los Sundara no tienen buenos graves, pues los he probado también con música electrónica y los resultados son satisfactorios, aunque en este tema también es importante recalcar que la posición de los auriculares es importante para apreciar esta sección del espectro de la música. Probarlo, una mala posición modifica sensiblemente la apreciación de las frecuencias graves.
Datos Técnicos.
Respuesta de Frecuencia : 6Hz-75kHz
Impedancia : 32Ω
Sensibilidad : 92dB
Peso : 342g
Conclusiones.
El HiFiMAN Sundara es un auricular que premia la elección del amplificador adecuado, con buena potencia pues, nuevamente (no hay sorpresas aquí) responde mejor con más potencia. A través del Icon Audio el sonido adquiere cuerpo, emoción, profundidad y una tridimensionalidad difícil de encontrar incluso en modelos mucho más costosos. La acumulación del "efecto" válvulas en el sonido de mi cadena puede resultar en que otorgue a los Sundara una personalidad más analógica al reproducir streaming pero, he de decirlo, suenan fantásticos con esta cadena.
El Sundara no busca impresionar con exageraciones, sino envolver al oyente en una escucha natural, detallada y emocionalmente rica. Por otro lado, son auriculares famosos por responder de manera favorable a la ecualización (yo no la utilizo para las pruebas). Considero que es difícil errar con estos auriculares, pues su gran valor en términos de relación calidad/precio ofrecen una sólida plataforma para iniciarse y crecer en el mundo de los auriculares. Responderán bien con un amplificador de entrada. Responderán aún mejor con un buen amplificador. Y no solo eso, son un icono del panorama auricular, están ahí en el mismo Olimpo donde el Sennheiser HD660S2 y otros tantos observan, vigilantes, la infinidad de modelos que, año con año, entran nóveles al mercado.
Al momento de la reseña, el precio varía en distintos escaparates online, pero pueden encontrarse sobre los €250-300.
Galería.
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